El 23 de mayo de 2024 se cumplen 75 años de la llamada Ley Fundamental alemana. En el presente artículo, intentaremos desentrañar los orígenes, las fuentes, la estructura y, brevemente, el contenido de la Ley Fundamental. Conoceremos también el porqué sus autores no la llamaron “constitución”, sino “Ley Fundamental”.

Comenzaremos por definir qué es una constitución y para qué sirve.


La «constitución» de un país es un documento o conjunto de documentos legales fundamentales que establecen los principios y normas básicas que rigen dicho país. Define la estructura del gobierno, los derechos y deberes de los ciudadanos, y las leyes principales que dirigen la conducta del Estado y sus instituciones. La Constitución es la ley suprema de un país, y todas las demás leyes y políticas deben estar en conformidad con ella. Además, suele establecer los procedimientos para su propia enmienda o modificación. En pocas palabras, ella es la expresión de un pacto social y político.

Hay distintas clases de constituciones, las hay escritas y no escritas y, según la mayor o menor posibilidad de su reforma, pueden ser flexibles, rígidas y pétreas.

Por ejemplo, la constitución de la República Argentina es rígida ya que exige mayorías calificadas en el congreso para su reforma. La Ley Fundamental alemana también es rígida ya que contiene en su artículo 19 y en su artículo 79, incisos 2 y 3, la llamada “Ewigkeitsklausel”, es decir, principios que, para su modificación requieren de mayorías parlamentarias especiales o que directamente no pueden ser modificados, por ejemplo, la organización federal del estado, su división en estados federados, la participación de éstos en la legislación o los principios enunciados en los artículos 1 y 20, que se refieren a la protección de la dignidad del ser humano y a la forma de organización del estado (federación), respectivamente.

Antecedentes históricos.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, en 1945, el territorio alemán fue dividido en cuatro zonas de ocupación, cada una bajo la administración de las potencias vencedoras en el conflicto: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética. Por diferencias ideológicas y políticas insuperables, la por entonces Unión Soviética, decidió separarse de las otras potencias y creó, en 1949, un país satélite, la República Democrática Alemana (ex RDA – DDR, su sigla en alemán) asegurándose así que ese nuevo país fuera un estado afín a sus ideales comunistas. Así es como Alemania quedó dividida en dos, la Alemania Federal, con capital en Bonn, bajo administración de EE.UU., Gran Bretaña y Francia, y la Alemania Oriental, cuya capital era Berlín Este. Vemos que Berlín también quedó dividida en dos. La división de Berlín se hizo tristemente célebre por el Muro de Berlín, construido en 1961. El Muro separaba físicamente Berlín Occidental de Berlín Oriental y se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría. El Muro de Berlín no sólo dividía la ciudad sino que también impedía que los ciudadanos de la RDA (incluyendo Berlín Oriental) viajaran o escaparan a la República Federal de Alemania y Berlín Occidental.

La decisión del mando aliado (EE.UU., Francia y Gran Bretaña) de solicitar la conformación de una asamblea parlamentaria para redactar una constitución para lo que se convertiría en la República Federal de Alemania (Alemania Occidental) perseguía varios objetivos:

Establecer una democracia estable: Después del régimen totalitario del Tercer Reich, los aliados querían asegurarse de que Alemania se desarrollara como un país con un régimen democrático estable. Era esencial prevenir el resurgimiento de cualquier forma de gobierno totalitario o militarista.

Desnazificación y reconstrucción: Parte del proceso de reconstrucción de Alemania involucraba la desnazificación de su sociedad y política. Los aliados buscaban crear un nuevo sistema político que rompiera con el pasado nazi y sentara las bases para un futuro en paz y democrático.

 
Integración en el sistema político y económico occidental:
Especialmente para Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, era importante que la Alemania Occidental se integrara en el sistema político y económico occidental. Esto era parte de una estrategia más amplia durante el inicio de la Guerra Fría para contrarrestar la influencia de la Unión Soviética en Europa.

Prevenir el resurgimiento militar de Alemania: La constitución de la nueva Alemania debía incluir disposiciones que limitaran su capacidad militar para evitar que se convirtiera nuevamente en una amenaza para la paz mundial.
Promover la recuperación económica: La reconstrucción de Alemania también era esencial para la recuperación económica de Europa. Una Alemania democrática, estable y económicamente sólida era vista como un pilar clave para la estabilidad y prosperidad de toda Europa.

Fomentar el sentido de responsabilidad y participación: Al involucrar a los alemanes en el proceso de redacción de su propia constitución, los aliados buscaban fomentar un sentido de responsabilidad y participación en la reconstrucción de su país y en el establecimiento de un nuevo orden democrático.

El resultado de este proceso fue la «Ley Fundamental de Bonn» (Grundgesetz für die Bundesrepublik Deutschland), adoptada en mayo de 1949, que estableció un marco democrático y federal para la República Federal de Alemania. Esta constitución fue diseñada para garantizar los derechos fundamentales, establecer un gobierno democrático y federal, y sentar las bases para la futura reunificación alemana, que finalmente ocurrió en 1990 tras la caída del Muro de Berlín y el colapso de la Alemania del Este comunista.

El Consejo Parlamentario


La elaboración de la Ley Fundamental de Bonn (Grundgesetz), la constitución de la República Federal de Alemania (Alemania Occidental) después de la Segunda Guerra Mundial, no fue obra de un pequeño grupo de individuos, sino más bien de un órgano representativo conocido como el Consejo Parlamentario (Parlamentarischer Rat).
Este Consejo Parlamentario estaba compuesto por miembros designados por los parlamentos de los once estados (Länder) de la zona ocupada por los aliados occidentales. Fueron 65 miembros, de los cuales, sólo cuatro eran mujeres (Elisabeth Selbert, Frieda Nadig, Helene Weber y Helene Wessel), lo cual es un indicador de la escasa participación política que tenían las mujeres en aquella época. Algunos de los miembros del Consejo Parlamentario fueron después importantes personalidades del mundo de la política, por su influencia y peso en el escenario político alemán y europeo. Por ejemplo, Konrad Adenauer, más tarde fue el primer Canciller de la República Federal de Alemania, Adenauer jugó un papel fundamental en la redacción de la Ley Fundamental y en la dirección de las políticas de posguerra de Alemania Occidental. Carlo Schmid, miembro del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Schmid fue una de las figuras clave en la formulación de muchos de los principios democráticos y federales de la Ley Fundamental. Theodor Heuss, un miembro del Partido Democrático Libre (FDP), Heuss fue elegido primer presidente de la República Federal de Alemania en 1949.


Estos son solo algunos de los nombres más destacados, pero es importante recordar que la Ley Fundamental fue el resultado de un esfuerzo colectivo y de compromisos entre varios partidos y líderes políticos. El Consejo Parlamentario reflejó un amplio espectro de opiniones y tendencias políticas, lo que fue fundamental para garantizar que la Grundgesetz fuera plural y aceptada y respetada en toda Alemania Occidental.


La primera sesión del Consejo Parlamenario tuvo lugar el 1 de septiembre de 1948 en la gran sala del Museo König, en Bonn. Posteriormente se reunieron al sur de Baviera, en la bella Herreninsel (Isla de los Señores). Finalmente, sede de las reuniones fue la sala del pleno del Bundestag, en Bonn, como anticipando que esa ciudad sería la capital de la nueva república.

 
El texto final de la Grundgesetz fue aprobado el 8 de mayo de 1949 y aprobado el 12 de mayo por los gobernadores militares. Pocos días después fue aprobado por los parlamentos regionales y finalmente, el 23 de mayo de 1949, la Ley Fundamental fue proclamada por el Consejo Parlamentario. Ese mismo día entró en vigor en las tres zonas de ocupación y en Berlín occidental.


Un aspecto, no menor, es por qué los parlamentarios optaron por llamar al nuevo texto “Ley Fundamental” (Grundgesetz) y no “constitución” (Verfassung), tal como se la llamó en la RDA. Los padres y madres de la Ley Fundamental nunca perdieron de vista que Alemania era un país dividido y que en el futuro podía llegar a reunificarse. En ese histórico momento optaron por llamarla “Ley Fundamental”, como nombre provisorio hasta que la reunificación, algún día, tuviere lugar. Al producirse la reunificación, el 3 de octubre de 1990, se abrió todo un debate por si el nombre debía cambiar. Pero era tan elevado el grado de aceptación que la Ley Fundamental tenía (y tiene) entre los alemanes que se optó por no modificar el nombre. Sí hubo que modificar algunas partes del texto original, dada la nueva realidad de la Alemania unida. Este aspecto es muy revelador. El presente y futuro de Alemania estaba en manos de auténticos visionarios que dejaron de lado sus diferencias políticas para legislar pensando en la nueva república y también en las generaciones venideras. Eran verdaderos estadistas, en el significado más estricto de la palabra.


Antes de analizar el contenido de la Grundgesetz debemos señalar que las fuentes de la Ley fundamental fueron básicamente dos: la Constitución de Frankfurt de 1848, que nunca entró en vigor. Y la Constitución de la República de Weimar. que rigió entre 1919 y 1933. Ambos modelos contenían un catálogo de derechos fundamentales que sirvieron de base para el nuevo texto.

Estructura y contenido

La Ley Fundamental consta de un preámbulo y 11 capítulos con 146 artículos.

 
El preámbulo hace referencia a Dios, a la voluntad de servir a la paz del mundo, a la unidad de Europa y a cada uno de los estados federados para los que rige.


El capítulo 1° contiene diez y nueve artículos y hace referencia a los derechos fundamentales del ser humano. El espíritu profundamente humanitario que impregna a la Ley Fundamental aparece, resumido, en este primer artículo. Los crímenes más horrorosos jamás vistos, un oscuro período que enlutó a Europa, había quedado atrás y si antes la vida humana carecía de valor, ahora la dignidad del hombre está en la cúspide de una pirámide desde donde se derivan todos los derechos humanos.

“Artículo 1. Protección de la dignidad humana: (1) La dignidad humana es inviolable. Respetarla y protegerla es obligación de todo poder público. (2) El pueblo alemán, por ello, reconoce los derechos humanos inviolables e inalienables como fundamento de toda comunidad humana, de la paz y de la justicia en el mundo. (3) Los siguientes derechos fundamentales vinculan a los poderes legislativo, ejecutivo y judicial como derecho directamente aplicable.”


En ese contexto, “derecho directamente aplicable” significa que cualquier ciudadano y residente pueden hacer valer sus derechos fundamentales directamente en los tribunales y que estos derechos son fundamentales y prioritarios. Esto subraya la importancia de los derechos fundamentales en el sistema jurídico alemán y su protección como principios esenciales que deben ser respetados y defendidos.


Los derechos consagrados en este primer capítulo constituyen un verdadero catálogo de prerrogativas del ser humano, a saber: libertad de acción y de la persona; libertad de creencia, de conciencia y de confesión; libertad de opinión, de medios de comunicación, artística y científica; derechos relativos al matrimonio y la familia; derecho a la educación y sistema escolar; libertad de reunión y de asociación; secreto postal y telecomunicaciones; libertad de circulación y de residencia; libertad de profesión y prohibición del trabajo forzoso; servicio militar y civil obligatorio; inviolabilidad del domicilio; derecho a la propiedad; nacionalidad y extradición; asilo; derecho de petición; restricción y privación de ciertos derechos fundamentales.

El rol del Tribunal Constitucional de Alemania (Bundesverfassungsgericht)


El Tribunal Constitucional, con sede en Karlsruhe, está previsto en el artículo 93 de la Ley Fundamental. Su principal función es decidir sobre la conformidad de las leyes federales y estatales con la Grundgesetz. Esto significa que puede anular leyes que considere inconstitucionales. También decide en casos de controversias sobre competencias y responsabilidades entre diferentes órganos del gobierno federal, como el Bundestag (parlamento federal), el Bundesrat (cámara de los estados), el Presidente Federal y el Gobierno. Federal. También funciona como tribunal de apelación para los individuos que creen que sus derechos fundamentales han sido vulnerados por los órganos del estado. El Tribunal Constitucional también tiene el poder de prohibir partidos políticos que busquen socavar o abolir el orden democrático liberal o amenacen la existencia de la República Federal. Otra de sus funciones es decidir sobre asuntos relacionados con la validez de las elecciones. En resumen, la Corte Constitucional Federal desempeña un papel crucial en el mantenimiento del estado de derecho y la democracia en Alemania, actuando como un guardián de la constitución y los derechos fundamentales.


El próximo 23 de mayo se cumplirán 75 años de la promulgación y entrada en vigor de este gran texto legal, modelo de carta magna en el concierto de las naciones, impregnada de liberalismo y profundo humanismo, centrada en defender la dignidad del ser humano. Nuestro reconocimiento a los padres y madres de la Ley Fundamental.

Nota: Quienes deseen consultar y/o descargar el texto completo de la Ley Fundamental en español, pueden encontrarlo en la página web de la Bundeszentrale für Politische Bildung (BPB) a través del siguiente enlace.

Artículo redactado por Jorge Millán. Abogado, Presidente de la Sociedad Goetheana Argentina – Goethe Zentrum Mendoza. Miembro de #JungesNetzwerk.
Mayo de 2024.